ESE CARRO DE TRIGO
Me ha quedado clavada en los ojos
la visión de ese carro de trigo
que cruzó rechinante y pesado
sembrando de espigas el recto camino.
¡No pretendas ahora que ría!
¡Tu no sabes en qué hondos recuerdos
estoy abstraida!
Desde el fondo del alma me sube
un sabor de pitanga a los labios.
Tiene aún mi epidermis morena
no sé que fragancias de trigo emparvado*.
¡Ay, quisiera llevarte conmigo
a dormir una noche en el campo
y en tus brazos pasar hasta el día
bajo el techo alocado de un árbol!
Soy la misma muchacha salvaje
que hace años trajiste a tu lado.
Juana de Ibarbourou
* emparvado: répandu à terre en vue du battage au fléau
* pitanga
joies fondamentales, joies d'une civilisation, perdues et qui ne reviendront plus jamais
« Un patrimoine bien à nous : les heures où nous n’avons rien fait …. Ce sont elles qui nous forment, qui nous individualisent, qui nous rendent dissemblables » (Eugène Cioran)
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