Personas

En homenaje a todas las mujeres del mundo. Aquí muestro a unas fantásticas madres venezolanas que colaboran activamente con la escuela de Fe y Alegria a la que acuden sus hijos en condiciones que no les son nada fáciles, en ocasiones. Aquí están elaborando camisetas estampadas a mano para sus niños. La historia de las mujeres, ha sido y es, una historia de sufrimiento y sometimiento cruento y de negación de los derechos e igualdad que todos los seres humanos debemos tener, sólo por el hecho de ser mujer, esto es, de ser las personas que dan la vida y producen, en este planeta, el 80% de los alimentos, que educan, transmiten la lengua y la cultura. www.abc.es/sociedad/20150308/abci-leyes-mundiales-denigrantes-mujer-201503080821.html

Niña de la etnia kariña en Tumeremo, Guayana (Venezuela). En una escuela de Fe y Alegria (Movimiento de Educación Popular) Estas escuelas las gestionnan los jesuítas y hacen una gran labor llevando la educación a lugares donde no llegan las escuelas bolivarianas. En las zonas rurales se enseña en bilingüe respetando, y en casos recuperando, la lengua de las etnías autóctonas, y en las zonas urbanas se asientan en las zonas de invasión, lugares habitacionales de autoconstrucción a donde no llegan los servicios y la violencia e inseguridad es grande. Esas escuelas son refugios de paz para la infancia.

No se muy bien qué se vendía, eran bichos asquerosos, culebras en líquido y que denominaban ron de culebra, los frascos grandes color ambar. No quiero ni imaginarme bebiendo o tomando tales cosas, aunque ya se que todo es relativo y cultural.

Importante es la naturalidad, la inocencia, el goce sencillo como el que tenían estas niñas en medio de la Gran Sabana bajo la lluvia.

Niñas de la etnia kariña en Tumeremo, Guayana (Venezuela). En una escuela de Fe y Alegria (Movimiento de Educación Popular). Estas escuelas las gestionan los jesuítas y hacen una gran labor llevando la educación a lugares donde no llegan las escuelas bolivarianas. En las zonas rurales se enseña en bilingüe respetando, y en casos recuperando, la lengua de las etnías autóctonas, y en las zonas urbanas se asientan en las zonas de invasión, lugares habitacionales de autoconstrucción a donde no llegan los servicios y la violencia e inseguridad es grande. Esas escuelas son refugios de paz para la infancia.

La inocencia y alegría simple de saltar y jugar bajo la lluvia. Esta niña no necnesitaba un móvil, una tablet ni nada de eso para divertirse y ser feliz.