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Artikutza (Un enclave guipuzcoano en el corazón de…

26 Oct 2024 27 16 82
La historia de Artikutza está vinculada con el turismo donostiarra, desde los comienzos del siglo XX. Durante la «Belle Époque», el ritmo de crecimiento de la población de Donostia-San Sebastián fue extraordinario y más aún en verano, por ser elegida como ciudad de veraneo por la realeza española. Y hacía falta más agua... En enero de 1919 el ayuntamiento de San Sebastián compra a los herederos del marqués de Acillona por 3.200.000pts (unos 19.233€) la finca de Artikutza. Tras difíciles negociaciones, se construye una amplia red de tuberías y canales que aprovecha el agua de todos los manantiales y se prohíben todas las actividades susceptibles de contaminar el agua: explotaciones forestales, mineras, presencia de ganado… Además, se limita el acceso de personas, y se abandonan los caseríos dispersos por la finca (Elama, Goizarin, Egazki,..), trasladando a todos sus habitantes al barrio de Artikutza. Entre 1950 y 1960 se construye la presa de Enobieta, dentro de la finca, que por problemas geológicos no llega a terminarse, quedando su capacidad reducida a la mitad de lo inicialmente proyectado. Ante esta situación se hizo necesario un nuevo embalse, que se construyó en Añarbe y que comenzó a funcionar en 1975 abasteciendo a toda la ciudad de San Sebastián. Actualmente el agua de Artikutza llega a Añarbe por su cauce natural habiéndose abandonado la red de canales que se diseñó. La mayor parte del agua que almacena Añarbe procede de Artikutza. Los pozos y manantiales cercanos a la ciudad no eran suficientes para abastecer a la ciudad y, para subsanarlo, se construyó una pequeña presa en el río Añarbe, en el límite con la finca de Artikutza. Desde entonces, este pequeño y relajante paraje de puro bosque – hayedos, robledales y tejedas- y agua, que forma parte del término municipal de Goizueta, en Navarra, se ha mantenido sin intervención humana. Los bosques autóctonos, que durante más de 100 años han evolucionado y madurado prácticamente sin ser intervenidos y el magnífico estado de conservación de la red hídrica, hacen de Artikutza uno de los enclaves mejor conservados y más singulares de Europa.